Año nuevo, ¿vida nueva?

Llegué un poco tarde al tema de resoluciones de año nuevo. Mis resoluciones solían ser muy tradicionales; la constante es que continuamente buscaba más. Leer más, cocinar más, estudiar más, hacer más ejercicio. Conseguir una perfección inalcanzable.

Empezó la pandemia y mi rigidez de buscar ese más hacía que no estuviera del todo presente. Entonces, mi resolución desde ese momento ha sido ser más flexible conmigo misma; el bendito fluir al que le huyo tanto.

Luego llegó Benito e hizo una predicción acertada: no empecé el 2022 bien cabrón. Estos últimos meses me he sentido desconectada de mí misma, viviendo en piloto automático para conllevar momentos difíciles en mi trabajo. A causa del burnout, dejé de cocinar y hacer ejercicio y empecé a dudar de todo. Sentía los efectos del estrés en mi cuerpo. Las manos me temblaban (me tocó dejar el café), volví a usar mi inhalador (que no usaba hace años) y me sentía constantemente al borde (del llanto o la irritabilidad). Lo primero que hice fue volver a terapia (cc @selia.co). Si nunca has ido o necesitas retomar, espero que esta sea la señal que tanto buscabas. Se ha comprobado que es más efectivo manejar tus emociones y tratar tus miedos si le puedes poner nombre. Lo segundo fue comprarme el libro de Burnout (tema para después).


Lo tercero que hice fue identificar mis valores, los motores que me ayudan a darle sentido a la vida. Empecé a pensar en los comportamientos que ayudaban a encontrar la luz en la oscuridad y de ahí saqué los tres valores más importantes para mí actualmente: la conexión, la verdad y el crecimiento.

  • Conexión: me llena de vida sentirme presente; conectar con mis seres queridos (incluyendo mi gato y mis plantas) y la música. El sentir y el estar presente.

  • Verdad: me siento yo cuando vivo auténticamente, cuando tengo relaciones genuinas y cuando soy honesta y transparente (por algo cuento más de lo que debería en este Instagram).

  • Crecimiento: me encanta aprender, pero creo que me gusta más desaprender lo aprendido. Leer, oír podcasts, ir a terapia.

La cuarta y más difícil: la autocompasión. Entender que hago lo que puedo con lo que tengo.

Ante todo y como siempre, saber que NO FEELING IS FINAL 🖤.

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