The New York Trilogy
“To care about words, to have a stake in what is written, to believe in the power of books—this overwhelms the rest, and beside it one’s life becomes very small.”
Este es Paul Auster, uno de mis autores favoritos. Hasta el momento, Moon Palace sigue siendo mi novela favorita suya, pero The New York Trilogy me atrapó desde el inicio con la frase “nothing was real except chance”. Se trata de una novela policíaca compuesta por tres cuentos que parecieran no tener nada en común, donde hasta el estilo de escritura es distinto, pero que logran estar unidos de forma que se vuelven tres facetas de una única historia. Como los personajes de la novela, el lector se convierte en un detective más que intenta unir las pistas absurdas que lanza Auster, pero que al final nunca logra descifrar. El efecto es dejar al lector con la sensación de un libro cíclico que está condenado a leer una y otra vez para intentar resolver, cual Sísifo.
Mi tipo de ficción favorita, además de la histórica, es la metaficción, en la cual el autor constantemente apela al lector para recordarle que lo que está leyendo es un artificio. El resultado es indagar sobre el poder de la literatura misma y el proceso creativo. Es una reflexión más allá de la historia narrada donde la narración se reconoce a sí misma como tal. Auster, para mí uno de los reyes del género, logra hacer que estas dos historias, la aparente y la que se esconde detrás, sean igual de importantes. Auster traza una delgada línea entre la crítica literaria y la ficción, entre la autobiografía y el absurdo. Solo como ejemplo, uno de los personajes de The New York Trilogy se llama Paul Auster y es también escritor.
Paul Auster no desperdicia ninguna palabra. Toda oración tiene un propósito clave que el lector debe intentar descifrar, pero donde con cada lectura encuentra más significantes.