Peces de hielo

A veces veo mi vida como si fuera una novela o una serie de televisión. Cuando me mudé a Nueva York mis hermanas la llamaban Finding Pnut, gracias a las circunstancias estrepitosas que acompañaron mi llegada a esta ciudad.

El problema de ver tu vida de esta manera es que, como receptor, quisiéramos saber qué papel van a cumplir las personas que llegan a nuestras vidas. Si tendrán un rol recurrente o si aparecerán solo unos cuantos capítulos. A la -llamémosle- vida pareciera encantarle introducir a personajes cuyo único propósito pareciera ser contribuir a tu character development. Como si necesitara más carácter; por el bien de todos, déjenme así. El otro tema es que a la vida le encanta ser irónica, porque muchas veces la determinación del casting pareciera no tener sentido alguno.
Creo que son contadas las veces en que la vida te pone de frente a alguien con quien los astros se alinean. One long look was all it took. Tal vez era que nunca habían tenido tanto en común con otras personas, tal vez sentían que la conexión era irreal. Lo que sí, es que ambos estaban de acuerdo en que esto no pasaba a menudo.

Pero, fueron incapaces de tomar el leap of faith. Puede haber sido por cobardía, porque el timing no era el que querían o porque le tenían miedo a una eventual e hipotética implosión que los hiciera perder el control de sus vidas. Quizás sentían que algo tan bueno podía estremecer al mundo y lo mejor era no tentar al destino, ya suficiente ha pasado en el 2020.

Esta vez no tengo soluciones, consejos o enseñanzas, solo traigo dudas e historias inconclusas. Tal vez mi única conclusión sea que intentemos no buscarle sentido a todo y sigamos viendo la serie.

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