Glennon Doyle, 2020.
Páginas: 352.

“This life is mine alone. So I have stopped asking people for directions to places they’ve never been.”

Empiezo con un disclaimer snob de literata: Esta no es una gran obra de la literatura. Es más un libro de superación personal que sus memorias. Puede ser repetitivo y complaciente, pero aún así lo recomiendo. Para mí, un libro vale la pena cuando te hace ver dentro, cuando tiene conceptos que te dejan pensando o pasajes que tienes que escribir para no olvidar. 

Lo tenía en físico pero decidí oírlo en audiolibro porque no sé si realmente le hubiera sacado el tiempo que merece un libro físico. Creo que fue la mejor opción, pues lo oía en el tren, mientras cocinaba o caminaba. Como escribí, se siente casi como una conversación con una amiga. Una amiga que te empodera a devolver la confianza en ti misma. Anoté muchísimas cosas del libro que resonaron conmigo, que no había oído de esa manera o que había olvidado. Por ejemplo, el libro nos hace reconocer que las emociones, como la rabia, nos dan mucha información respecto a nuestros sentimientos y límites. También, que muchas de las cosas que hacemos casi que en piloto automático son heredadas y no producto de una decisión consciente. Por último, que el controlar no deja espacio para la confianza. Confiar en gente genera pánico, pero en la confianza hay amor.

Una de mis partes favoritas fue el capítulo Invaders. En él, Glennon cuenta acerca de su ansiedad y depresión. Lo define como estar constantemente muy arriba o muy abajo, donde el aquí y ahora se escapa. Ha aprendido a conocer sus botones “fáciles”, lo que hace para olvidarse de sí y escapar (beber alcohol), maratones de TV, comprar por internet) y lo que hace para “reset” (caminar, tomar agua, meditar, abrazar a sus seres queridos). Mi parte favorita, siendo una persona que se preocupa por pasar demasiado tiempo dentro de su cabeza, es cuando dice que no disfruta mucho la compañía de las personas que jamás han batallado con su salud mental. Que es difícil conectar con personas que viven su vida sin preocupación alguna. Dirán que somos personas extremadamente sensibles, que nos damos mala vida o nos complicamos por todo, pero también somos las personas que intentamos buscarle una respuesta al para qué de todo esto. Los que vemos la grandeza de las cosas pequeñas y de los placeres sencillos. O esa es la mentira que me digo. 

En este enlace reflexiono un poco más acerca de este libro.

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