Califación: 4.5/5 ★

Henry David Thoreau, 1854.
Páginas: 312.

“I went to the woods because I wished to live deliberately, to front only the essential facts of life, and see if I could not learn what it had to teach, and not, when I came to die, discover that I had not lived.”

Henry David Thoreau vivió dos años, dos meses y dos días en una cabaña rudimentaria que él mismo construyó, cerca del lago Walden en Concord, Massachusetts. En esta obra que lleva el nombre del lago, Thoreau narra su experimento de vivir inmerso en la naturaleza y llevar una vida solitaria, marcada por la simplicidad y contemplación. De esta forma, narra, podría encontrar lo realmente esencial para vivir. Publicado en 1854, Walden sigue siendo relevante en la actualidad por su cuestionamiento a la vida de la sociedad moderna, la necesidad de introspección y la importancia de la conexión con la naturaleza.

Ahora bien, este intento de reseña no puede abarcar la totalidad que es el universo contenido en Walden. Thoreau aboga por la simplicidad en la vida, pero su libro es todo menos simple. Por un lado, parte de la riqueza de la obra está en que puede ser interpretada desde distintas perspectivas: la psicológica, la política, la cultural, la literaria o la espiritual. La cabaña y el lago Walden son un microcosmos desde el cual Thoreau explora cuestiones universales y extemporáneas. El autor examina su relación con el mundo natural, invitándonos a examinar nuestra propia existencia y nuestras necesidades materiales. De esta forma, cada lector y cada lectura puede llevar a exploraciones y enseñanzas distintas.

Por otro lado, el libro puede llegar a ser profundamente tedioso. Thoreau lleva un registro minucioso de sus gastos e ingresos para construir su cabaña y cultivar su comida y detalla cómo lleva a cabo ambas acciones. También, dedica páginas enteras a descripciones detalladas de la naturaleza que lo rodea, como las sutilezas del color del lago en las distintas estaciones. En la misma oración, su estilo de escritura puede ser a la vez científico y lírico, por lo que es imposible discernir si el autor simplemente relata un hecho o si está realizando un análisis filosófico, repleto de simbolismo.

“Not till we are lost, in other words not till we have lost the world, do we begin to find ourselves, and realize where we are and the infinite extent of our relations.”

Ahora bien, algunas de estas descripciones son bastante entretenidas. De los apartes que más recuerdo del libro es cuando recuenta la batalla entre tres hormigas, elevándola a la categoría de una tragedia griega. Si bien la escritura densa de Thoreau no hace de Walden un page-turner, siempre hay algo en sus palabras que te llama a volver a abrir el libro.

Sin duda, este libro ha sido mi mayor reto literario este año. Me demoré leyéndolo más de lo que pensaba y hubo días que solo leía un par de páginas o ni abría el libro. En ocasiones, confieso, incluso el mismo Thoreau no me caía tan bien por su actitud un tanto narcisista y arrogante, además de cómo lleva el individualismo al extremo. Narra “la masa de hombres lleva vidas de silenciosa desesperación”, claramente excluyéndose de esa masa, mientras admite que no hay nada memorable en leer noticias. Lejos de ser una figura a seguir, su enfoque parecía desconectado de las realidades sociales y económicas de su sociedad.

Decidí leer este libro porque cada vez valoro más los momentos de conexión con la naturaleza y encontré en Walden palabras para describir y apreciar estos momentos. Algo que me inspiró a seguir abriendo el libro fue leerlo en medio de un retiro de yoga donde me encontraba inmersa en la naturaleza. Esta obra me ayudó a contemplar la naturaleza de otra forma y me recordó la importancia de buscar la simplicidad en un mundo cada vez más caótico. Thoreau también aborda temas contemporáneos que pueden ser incluso más relevantes en la actualidad, ya que la tecnología y la velocidad de la vida moderna nos puede mantener en un constante piloto automático. Thoreau realiza una crítica importante de la vida apresurada y superficial de la sociedad, la obsesión por el materialismo y la falta de autenticidad en nuestras vidas.

La lectura de Walden fue una metáfora de la vida misma. Es necesario sobrellevar los apartes tediosos y confrontar ideas con las que no estamos de acuerdo para descubrir los tesoros ocultos que nos inspiran a llevar una vida más auténtica y significativa, cualquiera que sea nuestra definición de esa autenticidad y significado.

Walden nos lleva a un viaje introspectivo y nos invita a cuestionar nuestra propia existencia en un mundo cada vez más complejo, recordándonos la importancia de reconectar con lo esencial.

“I learned this, at least, by my experiment: that if one advances confidently in the direction of his dreams, and endeavors to live the life which he has imagined, he will meet with a success unexpected in common hours.”

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