Leemos para renovar el encanto del mundo

De tiempo atrás estaba teniendo una actitud excesivamente pedagógica al leer. No siempre disfruto lo que leo pero, como supuesta literata, reconozco su aporte literario y siento un deber de leer. Quería abarcar los libros en orden casi cronológico ya que, ¿cómo leer a Junot Díaz si no había terminado de leer toda la obra de Dostoevsky? Ya sé, maniática.

Las librerías se volvieron un escenario borgiano, una verdadera biblioteca de Babel de infinitas posibilidades que se multiplicaban exponencialmente. Más que emocionarme, me sentía como si no hubiere leído nada.

Este año hubo una ruptura. Sí, el 2020 ha sido un desastre y todos lo sabemos, pero fue un año que nos obligó a flexibilizarnos. A dejar las rutinas tan rígidas que habíamos creado. Todos tenemos nuestros temas y tendrán sus propias analogías para comparar. Tal vez para ti sea el ejercicio, el trabajo, el arte o la música. Mi tema es la literatura y, en lo personal, lo que más me ayudó a flexibilizarme fue iniciar un club de lectura (shout out al book club, mi safe space, llevamos ya ocho libros leídos y los amo a todos). Aunque sus miembros no me crean, me ayudaron a entender que los libros no se tienen que discutir en escenarios rígidos, si no que se puede hablar de Roberto Bolaño mientras mamamos gallo y echamos chismes (y nos quejamos de Los detectives salvajes). Me reencontré con esa magia de la literatura que tanto me había fascinado desde que leí las primeras oraciones de La piedra filosofal.

Ahora bien, no todos los días quiero leer. Tampoco he terminado de leer toda la obra de Dostoevsky ni la de Dickens o Shakespeare y estoy aprendiendo a estar bien con eso. Muchas veces gana mi mejor amiga, la procrastinación, Netflix o Twitter. Este año mi número fue 20 y no es más que eso: un número, que no es ni bueno ni malo. Es. No sirve de nada compararnos con los demás porque no conocemos su proceso. Por ejemplo, los primeros meses del año me costó demasiado leer, mientras que los últimos meses no podía parar. No sabemos lo que depare el 2021, pero ojalá tu única resolución sea ser más flexible contigo mismo. Lo demás irá llegando solo.

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